El ser humano está hecho de células
cancerígenas así que por mayoría no mejoramos físicamente con los años sino que
vamos muriendo. Esto suena terriblemente catastrofista, pero es una verdad
ineludible y que con los años aprendemos. De pequeño era tan feliz, como inconsciente
de esto. Nunca había pensado en la muerte y todavía hoy recuerdo el único día
que pensé en ello. Era un día cualquiera y poco tiempo después de despertarme
me sobrecogió la idea de morir y comencé a llorar. Le dije a mi padre que no me
quería morir nunca y mi padre me respondió “Si no te quieres morir, pues no lo
hagas” y sonrío mientras se levantaba de mi lado, quitándole hierro al asunto. Al
tiempo que le hacía algún comentario a mi madre sobre su trabajo.
Es curioso porque hasta ese
momento había tenido muchos ingresos en hospitales a raíz de mi Asma. Había
estado en cuidados intensivos en varias ocasiones en las que mi vida puede que
pendiere de un hilo, sin embargo yo no tenía contemplado el morirme en ninguno de
esos momentos. De hecho sólo estaba planificando todo lo que haría cuando
saliese del hospital y estuviera de vuelta con mis amigos. Puede que fuera el anticiparme a todo lo
que quería hacer lo que me salvase la vida, bueno y los médicos.
Las personas en general nos
mostramos optimistas por mayoría sobre nuestro futuro o sobre el futuro de la
gente que queremos o con la que tenemos alguna relación ya sea de amistad o más
personal. Es esa predisposición al optimismo la que rompe con todas las leyes
de la gravedad, con las estadísticas, las profecías o la inercia de las cosas cuando parecen ir mal. Es esa predisposición al optimismo la que nos hace anticiparnos a imaginar como concebir de la mejor manera todos los momentos, incluso los peores. Es esa predisposición al
optimismo y el anticiparnos la que nos salva, nos cura, la que nos hace realmente felices y nos
predispone a trabajar y a los sacrificios, a esforzarnos por alcanzar nuestros
sueños sabiendo que el que algo quiere, algo le cuesta. Sabiendo que hay
sitios donde la razón no llega, pero sí el corazón. Por eso, anticiparse, ver el lado
bueno de las cosas, ser optimistas y sonreírle a la vida porque mañana puede ser un
gran día, porque es algo contagioso. Tanto que puede que el universo entero
conspire para que puedas realizar tus sueños.
Quando você quer alguna coisa, todo o
universo conspira para que você realize
o seus sonhos.
Paulo Coelho.
Obra: El flautista joven.
Artista Plástico: Judith Leyster (1609-1660)