Gentil y poco sabia es mi naturaleza.
Presa fácil de la belleza y la tortura,
si "Pardos" son los ojos
y el apelativo de sus desvelos,
cuando el frío arrecia
y el deseo me aleja de la oscuridad de mi cordura.
Gentil y poco sabia,
para que de extremo a extremo
siempre pueda encontrar un punto intermedio
para todo lo que podría ser y no soy
para todo lo que podría tener y no tengo
para el amor, la duda y los besos.
Para todo lo que en sus pezuñas se quisiera llevar el
tiempo.
Y en el último recuento de enseres y momentos
me abruman las filigranas en mi sagrario
y mis ganas todavía de amarla.
Me abruman las frases y palabras repetidas como mantras.
Para evocar en su corazón el deseo y las ganas.
Me abruma que sólo mi alma tan gentil y poco sabia,
sea la única que sin remedio,
despierte cada vez enamorada.
Y a veces se quiebra como un cristal
y otras simplemente estalla.
Suerte mía que para cuando nada parece quedar,
vuelva contra todo pronóstico como la luna sobre el mar
en calma.
Esplendida, agónica, silenciosa y blanca.
Mientras, tú culpas a tu suerte y yo tan sólo a la
distancia.
LPF.01f85