Vengo de un tiempo lejano.
De mentiras e inventos desfasados.
Vengo del Ron, de la caña de azúcar, del habano.
Vengo un tanto por ciento de todo lo que hice
y un poco menos de lo que me negaron.
Vengo de palabras dulces y días grises
Vengo de cientos de imposibles,
y de un país libre con hombres encadenados.
Vengo del silencio de los que en silencio amaron
de la enseñanza olvidada,
de donde el dinero mi esfuerzo no paga.
Vengo de grandes acontecimientos,
y del trozo de muro que en Berlín no derribaron.
Vengo del mar estrecho
del mismo punto de donde muchos otros no llegaron.
Vengo de pretender ser para otros
todo lo que esperaban,
de soñar travesuras, de hacer locuras
y de haberlos decepcionado.
Vengo de donde todo lo que hice,
ahora me hace mejor,
de donde lo peor sólo cicatrices dejó
y el odio es cosa del pasado.
Vengo de donde no se niega la lágrima,
y se aprecia el error.
Vengo de un tiempo feroz,
donde la mujer quiere ser hombre,
y el hombre quiere ser Dios...
Pero no es tanto de donde vengo,
sino hacia donde voy.