miércoles, 13 de noviembre de 2013

Él.

 Borrador. Parte-

Él, que poco o casi nada tenía. Mucho temía perder sus posesiones... y siendo aún más rico que pobre... vive lamentándose en un tedio amargo y culpando a otros de su desdicha... 

Nada de lo que hace o por entonces hacía, por parecer, no parecía, ni por ley natural, ni por gracia divina, ser más poderoso que el castigo que se autoinflingía tras un fracaso o revés. Ya fuere por sus actos, más que por algún pacto natural o divino entre cualquiera que fuera su Dios o el ejecutor de su castigo. Él, que tan sumisamente vivió o vivía, no reflejaba en ninguna de sus formas o manías, eso que algunos llaman, la suerte del pobre y otros con gran desazón, horrible desdicha.

Aprendió con resignación a callar y a esperar que nada sucediera... con siete años de la habana encerrados en una botella, todas sus lágrimas son tristes. Hasta que la primera luz de la mañana exorcice, los demonios que a su alma trémula y sola le atormentan... Y en su agonía de amar todas las cosas que mueren, no encuentra felicidad ni descanso, no vive. Esperando eso, que algunos hombres llaman justicia y que a nada se debe. Al menos no como a la fatiga el sudor, de quien por intentar hacer el bien casi muere, no como la lluvia a las flores, no por el hombre que en la cruz perece. 

Él, que poco o casi nada tenía, sabe que si tiene que morir, no será hoy el día. No tiene una sola razón que le valga... condenado está desde entonces a ser feliz aunque sólo algunos domingos quiera. Sin saber que todo lo que haga hasta el último de sus días, será para proteger a lo único con lo que sin vivir no podría, por jurar que hasta la muerte le amaría, aunque a veces le duela.

G.S.F


domingo, 10 de noviembre de 2013

De la vida.


No siempre es de ligeros el correr ni de forzados la pelea. Pues a todos llega algún mal momento.

anónimo.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Gente común.



La mayoría de la gente que conozco tiene una  buena razón para abandonar sus sueños y paradójicamente son las mismas razones con las que pretenden alcanzar su felicidad.

Nacimiento.




Tenía tantas ganas de vivir, que estaba dispuesto a morir por ello. Sin embargo le habían sido arrebatados todos los poderes y su grandeza  por eso yacía rendido sin fuerzas, sobre el vientre cálido y plano de su tristeza que siempre le acoge solicita con la ternura de un recuerdo y unas manos que le acarician únicamente cuando los ojos cierra. Y continuó allí, como si fuera el más trágico de los finales y en el más ensordecedor de los silencios... desidioso, como si hubiera podido tener el infortunio de estar viviendo lo más triste de todos los tiempos... y cayo rendido como si todas las penas del mundo pesaran sobre sus hombros, como si no tuviera un propósito, sin haber confiado en la magia de vivir por el eco de las pequeñas cosas y algunos momentos. Y se quedo allí mirando el cielo, pidiéndole a Dios que fuera igual de justo, pero menos severo, pidiéndole que no se llevara su alma y le permitiera a su corazón seguir latiendo, sin embargo yacía inerte, disimulaba muy bien sus muchas ganas de vivir aun entonces. Debía saber que no era la primera vez que moría y con una lágrima en los ojos, sonrío y los cerró, no para morir sino para nacer de nuevo.


LPF.01f85

sábado, 26 de octubre de 2013

Ausencia dorada.

No se escuchan del alma las penas
si no se cuentan con desazón 
y agria melancolía.
Late fuerte corazón, 
pero no de cualquier manera,
porque devota te es mi pasión 
y toda la esperanza mía. 

Late fuerte corazón 
y vuela con cálido sol 
sobre este ignoto dolor hasta tierra baldía.
Haz que retumbe tu amor, 
que los sueños florezcan,
que ardan por mil las dudas y penas 
hasta encender en mi alma la vida
o hasta que muera de pena. 

Late fuerte corazón 
y entre los pasos de la muerte 
sé mi luz, sé mi faro, sé mi guía.
Y si te vas, vete. 
Y si te mueres a-Dios con alegrías,
pero late fuerte corazón.
Late hasta el último de tus días 
y entonces dorada será tu ausencia 
y puede que grises algunos días.
Pero late fuerte corazón 
haciendo infinita esta suerte mía.
Porque en mí, 
los sueños no mueren.
Porque a veces comienzan las cosas, 
donde terminan.
Late fuerte corazón,
y haz infinita esta suerte mía.



LPF.01f85

viernes, 25 de octubre de 2013

Una buena razón para vivir.


Hemos de vivir por el eco de las pequeñas cosas y los pequeños gestos. Porque la mayoría pasamos esperando ese gran momento, que nos muestre esa gran señal en el cielo, que nos indique el advenimiento de semejante acontecimiento y a veces es tan grande la expectativa que no vemos más nada. Tan grande que ni siquiera llegamos a hacer la sumas de los pequeños.

lunes, 14 de octubre de 2013

Gente que me gusta.


Me gusta la gente que presume de no haberse equivocado... Por ejemplo esos que se vanaglorian de no tener hipotecas, pero que al mismo tiempo dicen en voz baja que viven en casa de sus padres o de alquiler. Los mismos que con treinta y tantos años y sin estudiar ni trabajar su madre todavía les hace la comida, les lava la ropa y de vez en cuando les deja algo de dinero para sus caprichos. Me gustan, porque cuando hablan parece que por el simple echo de no estar pagando una hipoteca, tienen la vida resuelta, la receta de la felicidad o el secreto para vivir los mejores momentos de la vida sin perderse nada. Me gusta esta gente que critica a los hipotecados, porque ellos creen que no les afecta la subida de la luz ni del IVA, como creen que tampoco les afecta el paro y los recortes. Me gusta incluso la manera en que se creen libres, mientras se abstienen de defender alguno de los derechos que constitucionalmente les pertenecen.

Sin embargo me gusta más la gente que madruga para irse a trabajar o buscar un empleo, esos que ilusionados se despiertan con un plan en la cabeza cada mañana y no cejan en su empeño. Me gusta esta gente porque no se rinde por malos que vengan los tiempos y por mayoría no se castigan pensando que están haciendo ricos a los del banco, sino que intentan medrar para aliviar el futuro de sus hijos y familia. Me gusta esta gente porque tienen ilusiones, porque le pueden cambiar el color a las paredes de su casa sin pedir permiso a nadie, porque tienen sueños que probablemente conviertan en propósitos sin detenerse hasta alcanzarlos, hasta llegar a ellos.

Me gusta esta gente, porque son el resultado del esfuerzo y la constancia de una generación a la que nada le detiene ni le impide soñar, porque no son impresionables, porque son imprescindibles, porque son un ejemplo y porque a pesar de la que está cayendo, todavía no renuncian a los más elementales de sus derechos, tener una vivienda digna y un trabajo decente. Me gusta esta gente, porque mira al futuro y no teme al porvenir y puestos a elegir, siempre he de preferir ser uno de ellos, aunque termine en alguna plataforma de afectados. 



lunes, 30 de septiembre de 2013

Ecos del silencio.



Todo lo que creas necesitar saber sobre mí, no es tan importante como lo que ya sabes. Todo lo que creas que puedo quererte es tan poco, que siempre terminas por olvidarme.

Y si mi dignidad le concediere el honor a mi fatigado corazón, 

mi fatigado corazón hasta el día en que muera, piensa amarle.
Así que, entren pues todas las penas, las del mundo y las que quisieran.
en esta noche fría…
Sin preguntarme cuándo aprendí a volar, 
ni por qué con unas alas tan grandes me niego a escapar.

Entrad todas las penas y el dolor que me evocáis.

Y dadme una razón para olvidarla, porque no puedo seguir a mi alma. 
Ni llenar cada espacio vacío que deja.
No puedo deshacer todo lo vivido sin más. 
Ni apagar todo lo que siento, como si fuera una vela.

Bendita ignorancia de quien sabe roto su sueño 

y como la tierra a la semilla, para el orgullo dicta, el mismo agujero.
Éxodo grácil de tristezas y lamentos. 
fragilidad que se desnuda en cada letra y con cada verso 
para gritar a los cuatro vientos “----“ 
sin embargo, sólo responde el eco de su silencio, 
desde muy lejos 
como si no hubiera habido nunca, nadie más.
Como si nada fuera cierto.

...entren pues, todas las penas, 

las del mundo y en vuestros corazones las que quisieran. 
Causando espanto o asombro
y erigir con ellas vuestros sueños sin renunciar
y tendréis paz en vuestras alma y la gloria de no haber vivido en vano
ni un sólo momento.

 L.P.F.01f85
Creative People.
Para leer rapido, pero sin correr demasiado.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Es de mí parecer.


... que cuando alguien hace una crítica vertiendo un criterio u opinión sobre alguna persona, no lo hace con la intención de herir sus sentimientos. Normalmente la crítica siempre la origina algún suceso o la percepción que tengamos sobre lo acontecido y como la costumbre es defenderse, atacamos antes a las personas que a los problemas, sin discernir entre una cosa u otra.  Y es que una crítica te puede amargar el día y “un mal día” te puede durar toda la vida. 

No obstante sigue siendo de mi parecer que nadie nace con la peor de las intenciones, sólo que algunos tenemos menos tacto y otros simplemente somos menos receptivos, sigo creyendo que en nuestros peores momentos somos víctimas de las circunstancias y por ende, no suelo verter criterio sobre las personas sino sobre las situaciones subjetivas u objetivas. Y es que la crítica en su vertiente más positiva te permite valorar y mejorar lo que con la mejor de tus intenciones y voluntad fuiste capaz de comenzar en algún momento y a pesar de que nadie debería esperar que fuera perfecto, tú sí deberías creer poder conseguir esa perfección en algún momento y las criticas valen para eso. Y aunque a veces la verdad duela no olvides que en ocasiones quien te critica sólo te está dando una segunda oportunidad para hacer lo correcto.

(No soy tan egocéntrico como para pensar que todo el que me crítica me tiene envidia.)
Casi siempre quien te critica suele conocerte y confía en que puedas mejorar lo que estás haciendo, quien te critica, algo ha pensado en ti y aunque no siempre sea acertado su criterio, normalmente lleva implícita las mejores de sus intenciones y es justo con eso con lo que deberías quedarte en todo momento. Por el que te critique a tus espaldas y con lascivos reproches no deberías preocuparte, porque como el resto de las cosas en la vida, terminará por caer el solo y por su propio peso.


martes, 10 de septiembre de 2013

IMPUNIDAD.











No me queda claro cómo funcionan las normativas de legalidad en España. Ni que recurso ampara a un trabajador autónomo para protegerse de los impagos. Lo que sí me queda claro es que la justicia en este asunto muy equitativa no está siendo. Siempre se usa la palabra democracia e igualdad, pero es fácil darse cuenta que no todos somos iguales ni tenemos los mismos derechos.

  • Es indignante que la respuesta del gerente de una empresa a un trabajador tras el reclamo del trabajador por estar varios meses sin cobrar su sueldo, sea una burlesca incitación por parte del empresario a que le denuncie.
  • Es indignante que este mismo personaje con deudas acumuladas a sus trabajadores y proveedores le sea posible seguir operando con su empresa sin mayores consecuencias que un juicio a muy largo plazo, mientras sigue acumulando impagos.
  • Es indignante que se le permita el traspaso de sus bienes en un claro intento por evadir sus impuestos, cuando en muchos casos es fácilmente demostrable el origen de esa riqueza mal habida, cuando el vínculo del futuro beneficiario con la empresa es claramente una pasantía para evadir la obligación de la misma con sus trabajadores. No entiendo porque este tipo de fraudes no se paga con muchos años de cárcel.

La recuperación económica y la justicia tienen cosas en común, ambas se resisten a llegar al final de sus procesos. Y es que el remedio a tanta avaricia y descaro sería tan sencillo como expropiar los bienes mal habidos y condenar a merecidos varios años de cárcel a los que impunemente roban y sabotean la economía del país, a los que pisotean los derechos de los trabajadores y embargan el futuro y los sueños de todos sus ciudadanos. En muchos lugares del mundo el cargo público que roba es acusado de alta traición a su patria y su meritorio castigo suele ser ejemplar.

Artista: Leonid Afremov.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Soy la consecuencia.








Soy la consecuencia de cada uno de mis actos y después de intentarlo todo me di cuenta que lo mejor que podré llegar a ser es una persona es útil. Soy un hombre con la gloria de haber vivido y amado como si no hubiese tenido tiempo u oportunidad de hacer otra cosa, como si mi vida dependiere de ello. 

Pero hay algo que tengo claro, que cuando me vaya no echaré de menos los pájaros ni el azul del cielo, que cuando me vaya no será un amago y será para siempre en la misma forma que ahora te quiero. Para cuando me vaya, echaré de menos todo lo que escribo, porque se parece a ti, porque cuando lo leo te beso. Y esperando que abraces la gloria y que desde la tierra alcances el cielo, espero que veas en lo bello y la verdad de la esperanza de esta sed de amar, todo lo que somos, todo lo que éramos...

LPF.01f85.

Obra: Tango.
Artista: Leonid Afremov.

jueves, 25 de julio de 2013

Que aquí acordemos.

Borrador Parte:14


-Que no era una cuestión de cuánto pudiera quererle o de que en algún momento todo cuanto sintieran el uno por el otro llegase a su fin o pudiese acabar. Ambos sabían que no se trataba de otras personas ni de juntar penas y lágrimas, que nada tenía que ver con amores de esos que se juran para toda la vida o promesas vacías ni de garantías para la eternidad. Precisamente porque las promesas se rompen y porque el amor "acaba" precisamente porque lo eterno últimamente no suele durar.

Entonces debería ser mucho más que un intento desesperado por alcanzar la felicidad, mucho más que el rutinario curso de la vida o el simple dilema que se les planteaba gracias a la inconfundible indefectibilidad humana de ambos al amar.  A sabiendas él, de que lo único propio que tiene es su nombre, porque a ella pertenece todo lo demás. 

Y es que de lo que os estoy por contar, todo absolutamente todo, tiene que ver con la vida. El único espacio tiempo donde la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, a veces en una bonita sonrisa otras tan sólo en electricidad. Por eso no es una cuestión de sacrificios ni esfuerzos ni de despertarse cada mañana e imaginar un día perfecto en el que ella no pueda estar. Por eso tampoco tiene que ver con ninguna de las fases del enamoramiento, la luna o días de sol... Más bien tiene que ver con los sueños y lo que dista de ellos el sendero de lo real y lo maravilloso. Sin embargo tiene que ver también con la solemnidad de la muerte y sus manías de no dejar puertas abiertas o cabos sueltos, por eso no quiere que nadie le diga cuánto le quiso o cuanto aún le quiere. No quiere que ella lo imagine o lo suponga, porque nada hay más real, nada hay más cierto.

  
Y siendo esto que siento por ti, algo concebido para toda la vida o imposible de deshacer. Que aquí acordemos:
  • Que aquí acordemos que tienes derecho a no amarme si así te pareciere, pero que también acordemos que es irrevocable mi derecho de amarte hasta que pierda el sentido o hasta mi propia muerte y que sin importar lo que suceda haz de respetarlo, siempre.
  • Que aquí acodemos, que todo cuanto te amo no sea estimado jamás por quien de amor más que vivir, muere.
  • Que aquí acordemos, que de todo lo acontecido o de lo que aquí termine o comience, no habrá un sólo culpable ni a quien señalar con el dedo. 
  •  Que aquí acordemos amar la libertad, más de lo que podamos temer al castigo.
  • Que aquí acordemos no cambiar un sólo detalle de esta historia jamás, ni para bien ni para mal y entonces ambos tendremos un trozo de algo irrompible, imborrable, un trozo de algo marchito, pero aún vivo. Algo para no olvidar.
    LPF.01f85
    Lara Pardo Fernández.


    domingo, 7 de julio de 2013

    Mala memoria.


    En algún momento por esto de ir de revés en revés mientras voy aprendiendo a vivir, comprendí que sin importar cuales fueran los momentos no debía abusar de mi buena memoria. Y puede que sólo por esta razón no guarde en exceso ni por más tiempo del que deba ocupando lugares en mi alma donde posiblemente tengan sus orígenes mis sueños o lugares en mi mente donde únicamente deberían habitar las mejores de mis intenciones, voluntades y nada de excesos. Ninguna de las blasfemias ni los denuestos con los que a diario me encuentro. Porque cada uno  esos momentos termina pesando sobre mi espalda, porque hasta hoy no he conseguido embotellar ninguno de esos momentos ni los malos para redimirlos antes que tomara lugar el suceso  ni los que más anhelo para hacer de ellos un recorrido perfecto. No los guardo porque todo lo que encierras termina por salir en algún momento por escapar a tu control. Por eso no creo que se trate de lo que hemos hecho ni de lo que haremos, sino de lo que estamos haciendo.


    domingo, 30 de junio de 2013

    ...y me maravilla.









    No sería esta historia bien contada ni del todo cierta o real si os pudiera decir como acaba. Y digo esto con la seguridad de tener todas mis penas y glorias saldadas, todas mis penas y la gloria de amar. Y es que de todo lo vivido pesa más la vergüenza que el castigo, pesa tanto que en ocasiones he sentido que no he podido tirar ni siquiera de mi propia sombra para volver a la realidad. Pero como la vida de los hombres desde hace miles de años es lo mismo, como cada solución que antes planteó un problema y con menor o mayor ingenio fue resuelto sin caer en el olvido. Aquí sigo yo, enmendando mi pasado a pedazos, entre sorpresas, sonrisas, lágrimas y suspiros.

    Y me maravilla saber que nadie podrá despojarme jamás de toda la fortuna que para mi representa el haber vivido cada día, desde el primero hasta el último, con sus peores momentos incluidos. Me maravilla, porque nadie podrá despojarme de mis anhelos, de mis sueños ni de mis recuerdos ni siquiera después de que mi exánime cuerpo se haya rendido. Me maravilla porque siempre tengo la sensación de que para alcanzar el 100% de todo lo que podría llegar a ser todavía no rozo un ¼º de todo lo que pueda hacer siempre para bien ni de todo lo que por dar tengo. Me maravilla tanto como las biografías e historias de personas que sin importar lo que padecieran vivieron sus vidas de una manera altruista, fiel a sus sentimientos y sin abandonar sus sueños. 


    Y es que visto a tantas personas afirmar convencidas el haberlo entregado todo en algún momento. Todo o un tanto que según su propio criterio equivaldría de si mismos a un 200% o  a mucho más de lo que simplemente podían dar. Que no ha sido sino hasta hace muy poco tiempo que me he dado cuenta de todo lo que soy y de lo mucho que tengo. Y me maravillo por todo el bien que se puede hacer con un simple gesto.


    Foto: Torre Eiffel. Francia.
    Siete maravillas del mundo antiguo.


    lunes, 17 de junio de 2013

    La venganza.


    Si la venganza es un plato que se debe comer frío, buen provecho a todos mis enemigos. A mí es que no me va la comida basura. 

    Asco de vida y de gente.