domingo, 30 de junio de 2013

...y me maravilla.









No sería esta historia bien contada ni del todo cierta o real si os pudiera decir como acaba. Y digo esto con la seguridad de tener todas mis penas y glorias saldadas, todas mis penas y la gloria de amar. Y es que de todo lo vivido pesa más la vergüenza que el castigo, pesa tanto que en ocasiones he sentido que no he podido tirar ni siquiera de mi propia sombra para volver a la realidad. Pero como la vida de los hombres desde hace miles de años es lo mismo, como cada solución que antes planteó un problema y con menor o mayor ingenio fue resuelto sin caer en el olvido. Aquí sigo yo, enmendando mi pasado a pedazos, entre sorpresas, sonrisas, lágrimas y suspiros.

Y me maravilla saber que nadie podrá despojarme jamás de toda la fortuna que para mi representa el haber vivido cada día, desde el primero hasta el último, con sus peores momentos incluidos. Me maravilla, porque nadie podrá despojarme de mis anhelos, de mis sueños ni de mis recuerdos ni siquiera después de que mi exánime cuerpo se haya rendido. Me maravilla porque siempre tengo la sensación de que para alcanzar el 100% de todo lo que podría llegar a ser todavía no rozo un ¼º de todo lo que pueda hacer siempre para bien ni de todo lo que por dar tengo. Me maravilla tanto como las biografías e historias de personas que sin importar lo que padecieran vivieron sus vidas de una manera altruista, fiel a sus sentimientos y sin abandonar sus sueños. 


Y es que visto a tantas personas afirmar convencidas el haberlo entregado todo en algún momento. Todo o un tanto que según su propio criterio equivaldría de si mismos a un 200% o  a mucho más de lo que simplemente podían dar. Que no ha sido sino hasta hace muy poco tiempo que me he dado cuenta de todo lo que soy y de lo mucho que tengo. Y me maravillo por todo el bien que se puede hacer con un simple gesto.


Foto: Torre Eiffel. Francia.
Siete maravillas del mundo antiguo.


lunes, 17 de junio de 2013

La venganza.


Si la venganza es un plato que se debe comer frío, buen provecho a todos mis enemigos. A mí es que no me va la comida basura. 

Asco de vida y de gente.

miércoles, 12 de junio de 2013

Las cosas importantes son impostergables.




Cuanto más necesitamos ignorar las cosas importantes, mucho más necesarias se nos hacen las cosas superfluas, las cosas innecesarias.


martes, 11 de junio de 2013

La justa medida del amor.


Para algunas personas la medida de su amor está vinculada con lo que lloran, para otros con lo que reciben o entregan. A veces simplemente parece estar ligado a una palabra o un hecho en concreto, a una fecha al deber de emparejarse por etnia o lugar de procedencia por la cantidad de sexo que se pueda tener en un año, un juramento o simplemente un beso. 

Para otras personas la medida justa del amor la tiene el tiempo y está muy vinculada a la tolerancia al respeto, y como en esta vida nadie nace sabiendo, amar es algo a lo que se debe aprender también. Y por intuitivo que parezca este sentimiento, al parecer todo lo que amemos a esa persona especial es lo mínimo que deberíamos amarnos nosotros mismos a cada momento. Pero si es así en qué momento deberíamos renunciar a todo lo que somos o a lo que nos debemos, sólo para comenzar “de cero” o simplemente para amar a otra persona y a otra y a otra, como si fuera nuestro reflejo. 

Para otras mentes puede que más maravillosas, la medida del amor tiene que ver con estar viviendo un sueño maravilloso y mientras se mantienen sumergidos en su somnoliento letargo, nadie los puede sacar de esa sensación maravillosa o no que puedan estar viviendo, sin saber entonces que tienen contadas sus horas de sueños, porque para vivir en el mundo real, incluso para enamorarse, hay que estar despierto. Y así hay gente que busca incesantemente la justa medida del amor en el físico o incluso en cosa más simple, como en el acento. Y es que con tantas verdades en este mundo todo puede ser más o menos cierto y la verdad más grande que parece haber no es la real, sino, la queramos creernos.

A mí no hacerme ningún caso, pues he pasado demasiado tiempo mirando a la luna y soñando despierto. A mí no hacerme mucho caso porque en cuestiones de amor soy bastante analfabeto y hay muchas formas de amar que por más que me las expliquen no las entiendo. Sin embargo me he dado cuenta que en la medida que nos hacemos adultos, nuestro amor madura casi en la misma medida que maduran nuestros sueños. Me he dado cuenta que ni el amor ni los sueños envejecen, que no se amilanan ni se hacen pequeños. Que no son ellos los que nos excluyen, los que nos apartan, no son ellos los que nos rompen el corazón, los que se avergüenzan de nosotros y nos abandonan por otro amor o incluso por otro sueño. Para mí la justa medida del amor es una sola, es inmensa, sin embargo cabe en el corazón. Para mí la justa medida del amor, está en tus besos. 

LPF.01f.85

                                                                                                                                                                                                        
 

miércoles, 5 de junio de 2013

Si me condenas.


Si me condenas al olvido y me destierras de tu lado. Como herencia me quedaré con el pasado y con todo cuanto nos quisimos. Y puede que algún día y desde muy lejos regreses a algún momento que quizás nadie recuerde y que sólo tú y yo vivimos. Y sabrás que nunca fuiste ni serás más amada y sabrás que nunca fuiste ni serás más hermosa que cuando estuviste conmigo. Y aprenderás a fuerza de no querer saber, que cuando se ama, no guardan relación la distancia y el olvido. Que el caminante hace el camino al andar, que cuando se quiere con el corazón, nada, ni siquiera los instantes son perdidos. 

Y puede que al final de tus días o con tu último suspiro, puede que a un paso entre la divinidad de lo eterno y lo vivido, te preguntes si te sigo amando, si aún te espero, o si sólo eres un vago recuerdo de todo lo que hemos sido. Puede que para entonces yo no esté o no tenga fuerzas para susurrarte al oído, que nunca fuiste ni serás de mis penas el ombligo, que no eres felicidad ni castigo, que hasta el final de mis días estarás tan dentro de mí, que será como si nunca te hubieses ido. Que de las mil maneras de vivir que me dieron a elegir, yo escogí la mejor, la más sencilla, la que no representa un conflicto. Pasar todos los días de mi vida enamorado de ti y aunque desde muy lejos, contigo.

LPF.01f85.

lunes, 3 de junio de 2013

Debilidad.




Tiene que haber un punto en el que un ser humano debería abandonar sus sueños. Ojalá fuera lo suficientemente tonto o cobarde como para haberlo encontrado ya.

 

domingo, 2 de junio de 2013

Graffiti...







Graffiti en murcia.
Autor desconocido. 
Título: Imagenes que dicen más que mil palabras.
LPF.01F85.


sábado, 1 de junio de 2013

Cosas que siempre harán falta.




Para cambiar el final de una historia siempre hará falta paciencia y a veces una disculpa sincera. El silencio no cambia nada.

 

domingo, 19 de mayo de 2013

Cosas que me preocupan.




Los gordos, los calvos, la gente con gafas de vista. Es decir, gente común con estas características, parecen que no enamorarse y por la misma regla tal parece que nadie los ama. Es común encontrarse foto montajes de personas, que físicamente están estupendas, con alas en la espalda, colas de sirena, mordiendo una fresa etc. Que de cierta manera lo que sugieren es una idolatría a la belleza, pero como la belleza aburre. Y en sí misma no es un mensaje, no se suele viralizar.

Sin embargo, con menos frecuencias encontramos el tipo de personas antes descrito. Los gordos, los calvos, la gente con gafas de vista. Que suelen en algunas ocasiones ser más bien motivo de burlas. Y salen en los llamados memes (Palabra que tiene su origen en Richard Dawson que se refiere a la imitación, replicación y transmisión del mismo modo que un gen es una unidad hereditaria.) Refiriéndose a la similaridad con la que se transmite dicho fenómeno por las  redes sociales, mutando exactamente como un gen, sin perder su fin,   que en este caso es hacer reír. Lo cual en más de una ocasión me ha llevado a preguntarme:

¿Será que esta gente no tiene sueños ni se enamora?
¿Será que no comen fresas, porque están a régimen?
¿Será que a las gordas no se le marcan los pezones cuando llueve?
¿Será que la gente con gafa, no puede mirar triste y taciturno al suelo?
¿Será que a un calvo no le pueden salir alas en la espalda?
¿Será que no le duelen ni les importan las burlas ?   Nada ahí lo dejo.

Al parecer como seres sociales, mostramos más respeto por unos cánones de belleza que por otros.  Y digo más por uno que por otros. Porque en sí misma todas las personas deberían ser hermosas independientemente de su condición física. Sin embargo, al parecer no es así. Y lo que sí me queda claro que un mal llamado feo, lleva mejor su fealdad que un bello su belleza. 

Pintura: Óleo sobre Lienzo
Artista plástico: Botero

Mujer apasionada y lejana.


Mujer testaruda y lejana.
Cuán alta puede ser tu expectativa de vida, 
si crees poder vivir, 
el día en que te deje de amar.
Qué tan lejos pretendes ir?
Imaginando que yo no pueda llegar.
Cómo pretendes borrarme, 
imaginar que no existo.
Si alguna vez juntos fuimos 
uno o más que dos.
Si sabes que yo 
no podré olvidarte jamás.
Mujer testaruda y lejana.
Calla todo lo que sabes.
Abraza y besa a cualquiera, 
sigue su rastro 
en la tierra de sus zapatos 
o en la arena.
Pero no pretendas 
amor más grande que el mío 
ni para toda la vida.
Porque eso jamás.
lo habrás de encontrar. 
mujer testaruda y a veces lejana. 
arderán la ira y tus penas en lágrimas.
y será lo que me ignoras 
si es tu deseo
de este camino la última parada.
pero haz que no sea adiós de tus labios, 
la última palabra. 
Porque de ti para toda la vida, 
no me podré despedir jamás.
Mujer apasionada y lejana. 
Que no sea la sabiduría quien guíe tus pasos, 
sino tu corazón y tu alma. 
Porque eras más bella entonces.


 LPF.01F85.

Rompe las reglas.


El mundo puede ser hostil para cualquiera que pretenda romper o cambiar ideas preconcebidas. Es difícil imaginar o saber que puede motivar a una persona a exponerse a las críticas, comentarios u opiniones de otros. A sabiendas de que siempre habrá otro punto de vista, valoraciones negativas incluso despotismo y burla en algunos de los juicios que se emitan sin tener en cuenta más argumentos u otras razones.

Sin embargo a pesar de la hostilidad nos exponemos. Nos salimos de nuestra zona de confort, como si todas las normas hubieran sido hechas para ser rotas, a veces eludiendo alguna verdad impuesta o buscando un propósito. Todas las normas que en algún momento fueron concebidas para protegernos. Y llegados a este punto no buscamos aprobación ni reconocimiento, no se trata de atesorar ni de ambiciones personales y puede que tan sólo únicamente sea una cuestión de sonrisas y lágrimas, de propósitos y sueños.

La hostilidad puede hacer más grande y fuerte a los que no tienen miedo a equivocarse o a perder. A los que jamás se regirán por la ley de mínimo esfuerzo, a los que pretenden cambiar el mundo muy desde adentro, sin haber encontrado otra manera de vivir o hacer  que no sea la de hacerle frente a sus miedos. Hace bastante tiempo que perdí el temor a equivocarme, sin embargo he de reconocer que estuve demasiado tiempo haciendo lo correcto (lo que todos esperaban) y os puedo asegurar que no hay nada de novedoso ni espectacular en ello. Romper las reglas, no dejéis de perseguir vuestros sueños, por más veces que os equivoquéis, por hostiles que puedan venir los tiempos. Y sin mayores recompensas os garantizo una muerte digna, la libertad o salir más fuerte después de cada intento. 



sábado, 11 de mayo de 2013

Todos los días de mi vida.

Borrador.Parte 19.

Al final del camino todos los días de mi vida sólo serán una cifra, como mis años, los aniversarios o las vidas que pueda tener o no un gato. Al final del camino puede que me pregunte dónde está  el resto del tiempo que no viví contigo, los que en mi alma suman una eternidad y en tu cuenta sólo cuatro. Al final del camino puede que no sea crucial nada de lo que me quede por hacer y por eso la sabiduría de los años haga más densos mis huesos, más nítidos mis recuerdos, más elocuente mis silencios y más dulce mi pasado, en la misma manera que hace más perecedera mi voluntad y criterio de haberte amado... 

Y a excepción de algunas personas y tus besos, casi todo lo que considero importante, puede que en algún momento deje de serlo sin que pueda remediarlo. Porque algunas cosas caen por su propio peso y otras simplemente mueren con los años. Por eso nunca digo mi edad a quien me parece ajeno o extraño, porque para quien no me conoce todos los días de mi vida sólo serán una cifra, que para su creer bien podría ser de lo que me quede o de lo dado...

Y puede que muera joven  o a lo mejor con cien años y puede que todo lo que te ame muera conmigo. Puede que todo lo que te ame quepa en un libro o en un párrafo. Pero nunca serás una cifra, ni primera ni última. Serás la única y sin importar cuantas vidas me tome, en todas te habré esperado...
LPF.01F85