Al alba partiremos.
Cuando el sol se alce en el claro cielo,
y los ánimos estén dispuestos.
Dormir bien, los que podáis hacerlo.
Y no temáis la derrota
pues a los que perezcáis honraremos
sembrando la tierra con sus mutilados cuerpos.
Para entonces sombríos serán los días,
solo si desde la vergüenza de rendirnos hemos de verlos.
Por eso tanto como fuerza en vuestros brazos
juntad ánimo y valor en vuestros corazones.
Aunar con benevolencia y sin reparo
todo lo que el tiempo hizo pedazos.
Y tornad vuestras lanzas hacia la libertad,
mientras repudiáis con inmensa cólera
a quien os pretende doblegar.
Y con sedientas ganas defended,
defended, todo lo que amáis y lo que os ama.
Hasta el último instante
y con la última exhalación de aire
de vuestros exánimes cuerpos.
Y si morís, morir en justa causa
y volveréis en nuestras memorias de entre los muertos
con la dignidad que sólo algunos han podido hacerlo
Por eso luchad, luchad incansablemente,
y no temáis una muerte digna
ni a la fértil tierra que cubre los cementerios.
Pavel Arquímedes.