Siempre que me caigo me hago daño y sin importar cuán grande pueda ser mi dolor me levanto. Y mientras lo hago me pregunto ¿Por qué?, ¿Por qué lo sigo haciendo? Sí sé que más tarde o más temprano terminaré por caer nuevamente, aunque multiplique por mil mis esfuerzos para que no tome lugar lo que por fuerza mayor inevitablemente parece ha de suceder.
No tengo una respuesta que a ciencia cierta responda eso. Así que creo es un acto reflejo de mi conciencia, un instinto básico que pone en duda la existencialidad de mis miedos. Puede simplemente que sea una cuestión de amor propio y mucha fe.
Sin embargo creo pueda ser la manera en que he de aceptar que cada vez que me levanto puedo hacerlo mejor. La única manera de agradecer a Dios o en quienes estén dispuestos a creer los ateos la oportunidad que me otorga el derecho de hacerlo. Y aunque muera en el intento no dejaré de levantarme cada vez. Porque después de todo mi vida como mis actos no penden de un resultado, ni de mis oraciones. Sino de mi forma de ser.
No tengo una respuesta que a ciencia cierta responda eso. Así que creo es un acto reflejo de mi conciencia, un instinto básico que pone en duda la existencialidad de mis miedos. Puede simplemente que sea una cuestión de amor propio y mucha fe.
Sin embargo creo pueda ser la manera en que he de aceptar que cada vez que me levanto puedo hacerlo mejor. La única manera de agradecer a Dios o en quienes estén dispuestos a creer los ateos la oportunidad que me otorga el derecho de hacerlo. Y aunque muera en el intento no dejaré de levantarme cada vez. Porque después de todo mi vida como mis actos no penden de un resultado, ni de mis oraciones. Sino de mi forma de ser.