Disfruto de la lectura porque hay cosas que pienso y no escribo, porque simplemente no puedo escribir todo lo que pienso. Y luego en cualquier rincón del mundo mil años antes o en el presente encuentro a alguien en concordancia con mis pensamientos con la misma intensidad y el mismo sentimiento. Como si hubiésemos vivido la misma situación, la misma vida, como si se tratase de un pacto secreto. Y me doy cuenta que no estoy solo, ni siquiera en la soledad de mis pensamientos.