Quien necesita mil cartas de amor para creer en el amor, no está enamorado. Quien busca en cada gesto un motivo, no lo está disfrutando. Quien presume de estarlo y ser correspondido, probablemente sepa que no es así y se esté engañando. Quien no esté dispuesto a sufrir por amor, jamás llegará a estar enamorado. Quien pretenda un amor para toda la vida, merece encontrarlo.