Todavía no tengo claro cuan justa puede llegar a ser la vida o las cosas que acontecen a mi alrededor. Sobre todo cuando la duda me abruma, cuando todos mis pensamientos revolotean en círculos alrededor
de un resultado que en un principio no me favoreció. A veces
simplemente el karma me hace dudar de su poder divino, otras veces dudo del poder del amor. Todavía no tengo claro si será la
astucia o los años los que alivien la pena de no tenerte. Sin embargo
tengo claro que pretender que no existes o negarte es el camino que me lleva a ninguna parte, sí mi felicidad tiene que ver con el amor.
Y es que no soy de muchos suspiros porque hay un equilibrio entre todo lo que ansío y he logrado conseguir. No soy de muchos suspiros porque de ser así a cada instante habría de perder el aliento y espíritu que siempre me posee cuando la vida parece decirme que no da para más, cuando algún domingo por la mañana no puedo dejar mi cama porque pesa más tú ausencia que mi edredón y mis sabanas, mientras mis pensamientos levitan entre lo que te echo de menos y me haces falta.
Y es que no soy de muchos suspiros porque hay un equilibrio entre todo lo que ansío y he logrado conseguir. No soy de muchos suspiros porque de ser así a cada instante habría de perder el aliento y espíritu que siempre me posee cuando la vida parece decirme que no da para más, cuando algún domingo por la mañana no puedo dejar mi cama porque pesa más tú ausencia que mi edredón y mis sabanas, mientras mis pensamientos levitan entre lo que te echo de menos y me haces falta.
Solo soy alguien quien solía conocerse muy bien, que se creía maestro de la supervivencia y el dolor. Alguien que venera el silencio cuando se trata de mentir y que no sabe de amor. Él que llena los rincones de días grises para recordar tu belleza a todo color. En mis manos el itinerario de todas las estrellas fugaces, toda la vida para esperarte y un blog...