Ámala sin poder presagiar el final, sin verdades absoluta, ama la esencia y no la idea absurda. Y sólo entonces enamórate, porque lo demás no importa. Enamórate y ámala más allá de las trancas, hasta que pueda ella sentir lo inmortal de tu amor o hasta que comprenda, que es ella quien representa esa inmortalidad. Simplemente ámala, como si no existiera para ti, nadie más.
LPF.01f85